No soy una fashion victim, de esas que se vuelven loca con las adquisiciones de la nueva temporada, de lo que se lleva, de lo que está in o out, de los grandes desfiles o de comprar el must. Sin embargo, me encanta la otra moda, la del estilo propio, la que perdura, la que crean la gente corriente como fuente de expresión de su personalidad o la que surge en las grandes ciudades como París, Londres o Nueva York y terminan dando nombre al estilo londinense, neoyorkino, o parisino.
La moda alternativa en Paris
En ocasiones, sin embargo, me he sentido fascinada con la posibilidad de visitar una gran capital de la moda coincidiendo con su Semana de la Moda. No para lucir palmito, ni ser un figurante más de toda la parafernalia que ofrece un evento de este tipo, con egos a diestro y siniestro y duras competiciones por ser la que más fotos, chismorreos o adulaciones coseche. Lo mío es más una cuestión de admiración hacia esa FashionWeek alternativa que discurre paralela y esos diseñadores modestos que presentan sus colecciones en pequeños showrooms.Todas me tientan por igual, pero mi primer objetivo es la de París. Entre otras cosas porque presentan allí sus colecciones una de mis marcas preferidas, desde hace catorce años. Porque también quiero encontrarme con una Tori-Dori. Porque ya tengo fichados unos apartamentos, que ya solo por su ubicación en El Marais y por esa monada de patio por el que accedes me están diciendo a gritos que no puedo perderme la próxima edición. Por el Street style.
¡Suficientes razones!
Imágenes: La parisina y La casita de Wendy)