Naturaleza, mar y arquitectura aristocrática hacen de Gijón una ciudad única en España que si bien ha sabido adaptarse al correr de los años, aún conserva rincones del pasado que os harán viajar en el tiempo por todos y cada uno de sus periodos más importantes. Ahora que llega la navidad es una buena oportunidad para conocerla bien y envolveros en una atmósfera histórica y, a la vez, siempre mágica.
Cómo llegar y dónde alojarte en Gijón
Para organizar una escapada a la ciudad hay que tener en cuenta algunos aspectos. La forma más cómoda de llegar es en coche, pero también se puede llegar en autobús, tren (la mejor combinación es desde Madrid) o avión, considerando que los aeropuertos más cercanos son el de Asturias o el de Santander. Respecto al alojamiento, echando un vistazo en algún buscador de hoteles, podréis ver la lista de opciones que os ayudarán a elegir el lugar adecuado tanto si viajáis con niños o con amigos o si preferís una atmósfera más romántica para escaparos con vuestra pareja.
Un recorrido por la ciudad con ambiente navideño
Corazones, estrellas, bolas gigantes y muñecos de jengibre son algunos de los elementos con los que se viste Gijón en Navidad. Si de verdad queréis introduciros en el ambiente de la ciudad, nos os perdáis las luces de la Plaza Mayor y el mercado navideño del majestuoso Paseo de Begoña. El antiguo barrio de pescadores de Cimadevilla, en el cerro de Santa Catalina, esconde bajo el suelo un precioso secreto: reliquias arqueológicas de la época de los romanos. Un paseo por el Gijón de la Ilustración os llevará hasta la casa natal de Jovellanos. Un recorrido que hay que saborear lentamente, deteniéndose en cada una de sus esquinas.
Las mejores opciones si viajas con niños o en pareja
Ahora es el momento, si vais acompañados de los más pequeños de la casa, de visitar el Acuario, en el que podrán conocer todas y cada una de las especies marinas que habitan nuestro planeta, el Museo del Ferrocarril, en la antigua Estación Norte, o el Museo Evaristo Valle, en el que podrán corretear sin parar por su precioso jardín después de realizar alguna de las actividades educativas que propone.
Si vais con vuestra pareja, sorprendedla con un paseo por el cerro de Santa Catalina, con sus maravillosas vistas al mar y la obra del gran artista Eduardo Chillida El elogio del horizonte, un sencillo homenaje a todos los que como vosotros suben a la colina para perderse en la inmensidad del mar.
Para terminar, un paseo por El Muro hasta la Iglesia Mayor de San Pedro será la guinda del pastel a esta maravillosa visita. Un recorrido en el que sentiréis el roce del agua en los días en los que la marea está alta y en el que podréis contemplar a los lugareños pescando en las cercanías de la Iglesia.
Qué comer en Gijón
Después de este paseo, apetece pararse y beberse un buen vaso de sidra, bebida típica asturiana, y no hay mejor lugar que la Cuesta del Cholo, cuyo final es el puerto deportivo. Respirar el aire marino mientras por vuestra garganta baja el néctar de la mejor sidra española es algo que no se puede pagar con dinero.
No podéis abandonar la ciudad sin picotear alguna de las especialidades locales, como los mariscos o las carnes, acompañados de una generosa ración de pulpo y del más exquisito queso curado. De postre, aprovechar para visitar las mejores confiterías de Gijón para probar los dulces más típicos, pasteles, hojaldres, bombones…Una delicia que se derretirá lentamente en vuestro paladar.