No sé a vosotras, pero a mí me encanta tomar el brunch el fin de semana. En cualquier lugar del mundo. Además, en muchos casos con alimentos bio. Procedentes de la agricultura ecológica o de productores locales. Me rechifla que se organicen talleres de cocina super apetecibles. He descubierto el placer de probar las cocinas orientales. Ahora mismo, la comida no supone un hándicap cuando visito un nuevo destino. Todo lo contrario, es un aliciente más.

Pero no penséis que eso significa que voy a empezar a practicar turismo gastronómico. El que incluye los platos típicos de la región. Ya sé, como el pisto manchego de la Mancha, no hay otro. Me tomé uno en Almagro a la hora del té y, simplemente estaba soberbio. Este post va dedicado a todos esas excentricidades gastronómicas, que por inesperados resultaron deliciosas y un tanto raras.

Ocho comidas que debería probar todo foodie

Excentricidades-gastronomicas

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1-O como ir a por unas almendras garrapiñadas a Briviesca y llevarte como suvenir unas palmeras de coco.

2-Cambiar el rojo del pan tumaca por un cup cake de Red velvet  en Barcelona.

3-No volver a probar las sardinas asadas en Santander porque descubriste un hindú en la ciudad que te enloqueció con sus currys.

4-Darte cuenta que el mejor pulpo de Galicia lo vas a comer en el interior, en las ferias que salpican su territorio, y no en la costa.

5-No querer ni probar el gazpacho andaluz en el vegetariano de Ronda.

6-Dejar la pizza para esos días que estás un poco perezoso y solo tomar flores de calabacín en los aperitivos romanos.

7-Saltarte la fritura malagueña para pasar, directamente, a esa chocolate caramel cake en My Sweet Paradise.

8-Quedarte hasta reventar con una lasaña vegetal sin tener que probar el cordero asado en Burgos.

* Imagen: Half Baked Harvest

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