Detrás de los grandes copos de nieve, se esconde, a un tiempo, con actitud elegante y misteriosa la monumental catedral de Milán. Sus bellísimos ventanales de cristales coloridos prometen refugio a los transeúntes, que a pesar de las inclemencias del tiempo, no quieren perderse ese espectáculo sublime.
A Sofi le parece terriblemente encantador disfrutar de la catedral de Milán tras esa cortina blanca. Más en El viaje de Sofi.